Mi hijo/a tiene un Trastorno de la Alimentación. ¿Que hemos hecho mal?

No he trabajado con ninguna familia que en algún momento no me haya planteado esta pregunta. Yo como madre, o como padre, ¿Qué he hecho mal? ¿En que nos hemos equivocado? ¿Hemos sido demasiado permisivos?, ¿le hemos exigido demasiado?…. ¿Cuál es la causa de que aparezca la enfermedad?

En muchas ocasiones la respuesta más sencilla es hacerles otra pregunta ¿Cuántos hijos o hijas tienes? ¿Todos y todas han desarrollado un Trastorno de Alimentación? Lo más usual es que la respuesta a esta cuestión sea “no”, y ese “no” les tranquiliza pues les ayuda a entender que ellos y ellas, madres y padres, no son un factor determinante, o cuando menos no son el único factor determinante.

En consulta he conocido pacientes que han crecido bajo modelos educativos “relajados” donde se lessufrimiento dejaba libertad en sus tomas de decisiones desde muy jóvenes, libertad para hacer y deshacer, para equivocarse, para aprender…, pero también quienes en su crianza han debido seguir pautas muy concretas, incluso estrictas, sobre lo que está “bien o mal”, sobre qué hacer y qué no hacer…, y entre el blanco y el negro, toda la gama de grises…

Sería demasiado inocente (además de falso) pensar que el modelo educativo, que los progenitores, el contexto familiar, no juegan un papel en el desarrollo de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCAs), pero en la gran mayoría de las ocasiones ese papel ha sido muy secundario en el desarrollo de la enfermedad, aunque pasa a ser principal en el proceso de recuperación. Los sentimientos de culpa nunca ayudan, más bien al contrario, acaban dificultando la evolución y debilitando la tan necesaria participación de la familia.

“No me preocupa tu responsabilidad en el desarrollo de la enfermedad, me preocupa, y mucho, tu participación en el proceso de recuperación”. Este es el mensaje inequívoco que intentamos lanzar a padres y madres. La enfermedad ya está aquí, solo miramos atrás para descubrir aquellos aspectos de la personalidad, de la vida, de la/el paciente que necesitemos trabajar para reforzar, para alcanzar nuestro éxito, para describir nuestro propio DAFO-Psicológico (Debilidades, amenazas, Fortalezas y Oportunidades), encontrar aspectos a mejorar y cimientos sobre los que construir, y es en esta fase en la que vuestro papel como modelos, como generadores de confianza, es fundamental. Olvidaos del pasado, vivid en el presente, ayudadnos, tanto a las/os pacientes como a los/as profesionales a ganar esta batalla. ¿Cómo?:

Implícate en el tratamiento. Pregunta, resuelve tus dudas en las consultas, ten una actitud proactiva.

Cumple las pautas. Si no las entiendes, vuelve a preguntar hasta que os queden perfectamente definidas, pero cumplid las pautas.

No culpabilices a tu hija/o de estar enfermo/a. Nadie elije sufrir.

No te impacientes. En general las terapias psicológicas llevan un tiempo, pero en el caso de los TCAs pueden ser realmente largas, asúmelo como un proceso de crecimiento y aprendizaje continuo, vive al día.


Sonia Villar
Psicóloga Clínica Especialista en Trastornos de la Alimentación
www.caap-psicologia.es
www.granadapsi.com

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