La vida contando calorías
Empieza el buen tiempo y con él, la gran comentada “operación bikini”. Nos saturan con anuncios de productos bajos en calorías y con dietas de X calorías diarias que nos animan a contabilizarlas para adelgazar; los gimnasios se llenan y en ellos, las máquinas nos indican cuántas calorías gastamos al usarlos; por no hablar de las miles de aplicaciones que cuentan el número de calorías que gastamos al día… Se monopolizan bastante las conversaciones y la palabra caloría toma un papel importante en ellas, haciendo que muchas personas empiecen a cambiar sus estilos alimenticios inclinándose por productos de bajo valor energético y no basando su elección en sus gustos.
Contar calorías es un método bastante habitual en la gente que quiere bajar de peso. Sin embargo, además de ser difícil su cálculo y de no ser exacto, es una estrategia inadecuada para ese fin. Empezaremos definiendo que la caloría es una unidad de medida que nos informa de la cantidad de energía que nos aportan los alimentos que ingerimos. Es la energía que alimenta el cuerpo, al igual que el combustible de un coche.
No todas las calorías son iguales ni tienen los mismos efectos en nuestro cuerpo. Lo más importante es su composición nutricional, es decir, el aporte de nutrientes que realizan. El contar calorías puede hacer que se prefiera comer un producto procesado (al contener la etiqueta es más fácil el cómputo) y con escaso aporte nutricional que otro elaborado, que aunque contenga mayor número de calorías estará aportando vitaminas y minerales que necesita nuestro cuerpo. Tener una alimentación saludable no implica sumar ni restar, sino que nuestro menú diario sea rico en nutrientes y equilibrado.
El estar pendiente de las calorías que consumimos puede llevarnos a consumir muchas menos calorías de las que necesita nuestro cuerpo y encontrarnos continuamente cansados. A la hora de elegir qué comer, se recomienda guiarnos por la tipología y el aporte nutricional de los alimentos.
Contar calorías puede ser muy estresante y cuando este control de lo que se come se vive con ansiedad, es una conducta de riesgo para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria.
Ana Morales Carmona
Psicóloga Sanitaria. Especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria
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