¿Desengaño amoroso = helado? Alimentación emocional
La alimentación emocional se refiere a la necesidad de comer como una vía de escape a nuestros problemas emocionales. Es una alimentación que surge por razones diferentes a tener hambre, llega de forma repentina y la persona suele decantarse por alimentos determinados. Por el contrario, el hambre física se acumula lentamente (cuando el estómago está vacío) y se puede satisfacer con variedad de alimentos.
El comer por causas emocionales es comer para consolarse porque se está triste, estresado, enfadado o aburrido, es decir, suele desencadenarse por una situación concreta o cambios de humor. Este tipo de alimentación no es saludable, ya que acarrea comer en exceso incluso cuando se está lleno y comer de manera compulsiva. A corto plazo, puede aliviarnos por el simple hecho de que nos distrae y focalizamos nuestra atención en la comida y no en nuestros problemas, pero a largo plazo, solo los empeora, ya que nos impide buscar soluciones y no aprenderemos otras estrategias más saludables de tranquilizarnos y canalizar nuestras emociones.
Esta manera de alimentarse es aprendida. La alimentación es el primer vínculo que se tiene con la madre mediante el amamantamiento. El amamantamiento está muy unido a lo emocional, ya que cuando un bebé succiona se calma. Cuando somos niños, nuestros padres nos suelen dar dulces para calmarnos o consentirnos y asociamos esa comida con tranquilidad. Se crea ese vínculo en el que creemos que la alimentación nos ayuda en esos momentos difíciles y es cuando empezamos a utilizar la comida como una forma de autorregular nuestras emociones, dejando de discriminar las sensaciones de hambre y ansiedad.
La tendencia a comer algunos alimentos es consecuencia de una carencia nutricional de algunos elementos: azúcar, sodio u otros componentes. La bollería industrial y las bebidas gaseosas suelen ser los alimentos más recurrentes y su ingesta devolvería al organismo a su estado de equilibrio. Por lo tanto, las dietas restrictivas suelen desembocar en este tipo de alimentación.
Las personas que comen en respuesta a sus emociones, perdiendo el control consumiendo extensas cantidades de comida, tienen un alto riesgo de padecer un trastorno de la conducta alimentaria. Es muy importante aprender a gestionar nuestras emociones de manera útil y práctica, sin recurrir a la comida.
Ana Morales Carmona
Psicóloga experta en Trastornos de la Conducta Alimentaria
www.caap-psicologia.es
[…] – Expertos en Trastornos de la Alimentación -alimentación emocional […]