junio, 2014

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PREGOREXIA: UN TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA CASI DESCONOCIDO

Los trastornos de la conducta alimentaria más comunes son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa (más conocidas como «anorexia» y «bulimia»). Pero existen otros trastornos relacionados con la alimentación que, no estando aún categorizados en los manuales DSM-V y CIE-10, comienzan a aparecer entre la población, como la vigorexia, la ortorexia o la pregorexia. Vamos a detenernos hoy en esta última. ¿Qué es la pregorexia?

La palabra pregorexia deriva de la combinación de los términos “pregnancy” (embarazo en inglés) y anorexia, haciendo referencia a un trastorno que aparece cuando la mujer intenta bajar peso y mantenerse delgada durante la gestación, lo que implica una ingesta alimentaria por debajo de los niveles calóricos y nutricionales saludables necesarios y correspondientes al embarazo. Las mujeres que padecen este trastorno se preocupan de forma exagerada por su figura, además de no querer y tener miedo a aumentar mucho de peso durante el embarazo, por lo que restringen su ingesta calórica, pudiendo inducirse vómitos y aumentando su actividad física, para eliminar las pocas calorías que ingieren. Como consecuencia de esta restricción alimentaria se produce la malnutrición y el descenso o no aumento del peso deseable durante el periodo de gestación.

Se trata de una palabra inicialmente acuñada en 2008 por los medios de comunicación norteamericanos, también llamada comúnmente “anorexia del embarazo”, para describir un concepto y un conjunto de síntomas nuevos englobados dentro de una patología ya existente, la anorexia.

Los casos de pregorexia han sufrido un fuerte aumento en gran medida a causa de la presión social sobre los patrones debarriguita belleza y a la proliferación de imágenes de embarazadas famosas que se mantienen delgadas durante los nueve meses de gestación, regresando a su figura esbelta rápidamente tras el parto. El embarazo es un momento crítico y muy propenso a desarrollar trastornos alimentarios (tanto en exceso como en defecto), más aún si se trata de embarazos adolescentes.

Los peligros a los que se enfrentan tanto la madre como el propio proceso de embarazo son muchos. Algunas de las problemáticas que pueden aparecer son un grave riesgo de desnutrición, acompañado de anemias, descalcificación ósea, pérdida excesiva de cabello, baja producción de leche materna, alteraciones hormonales, piel seca, agrietada y deshidratada, problemas digestivos y cardiovasculares, restricción en el crecimiento intrauterino, disminución del líquido amniótico, parto prematuro o bajo peso al nacer, y, en casos extremos, causar la muerte de la madre o el aborto espontáneo.

Pero los problemas no se dan sólo durante el embarazo, ya que las mujeres que padecen pregorexia tienen problemas para crear vínculos afectivos y por tanto, pueden tener dificultades para generarlos con el/la hijo/a durante el periodo de lactancia.

Aunque la pregorexia puede desarrollarse en los primeros estadios del embarazo en mujeres sin desarrollo de un desorden alimentario previo, se considera que también puede extenderse a mujeres con historias previas de trastornos de la conducta alimentaria (especialmente anorexia), que quedan embarazadas durante un periodo de recuperación tras haber sufrido amenorrea (falta de menstruación), ya que puede tener ciclos irregulares que complican la eficacia, en su caso, de los anticonceptivos, pudiendo producirse el embarazo cuando la paciente es todavía muy vulnerable.

El papel de la familia es fundamental en la detección de síntomas del trastorno dada la baja conciencia de enfermedad que tienen las mujeres que lo sufren, teniendo como señales de alerta la reducción del consumo de alimentos, el rechazo al propio cuerpo y al embarazo, el ejercicio excesivo, la obsesión con el peso y el bajo peso durante el embarazo. El apoyo emocional y la comprensión del entorno, así como la intervención psicológica especializada son fundamentales para superar con éxito estas problemáticas.

Patricia Boldú de Luelmo

Psicóloga especializada en TCAs

www.buelpsicologia.es

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Luego nos sorprendemos de que niños y niñas manifiesten problemas psicológicos…

Llega a mis manos un folleto de un centro comercial muy muy conocido (mejor ni le hacemos publicidad) en el que aparecen, por ejemplo en la pág. 26, imágenes de chicos y chicas en bañador y bikini, con una “copa” en la mano (bueno, será un refresco, claro)… y en la leyenda de las prendas puede leerse: “bikini con foam”foam2

Para neófitos/as os diré que el Foam es un material que se utiliza habitualmente como relleno en, por ejemplo, los sujetadores. Es decir, la parte superior de estos bikinis, diseñados para NIÑAS de entre 9 y 14 años llevan RELLENO. Y no termino de comprender qué tipo de mente puede concluir que el pecho de una niña de 9 o 10 o 11… años debe ser “resaltado” con RELLENO.

Hasta ahora estábamos desgraciadamente acostumbradas a ver la cosificación e hipersexualización del cuerpo de la mujer en el mundo de la publicidad. Ya hemos hablado de la presión social para tener “cuerpos ¿10?”, de la avalancha de anuncios de dietas, cremas reductoras, cremas bronceadoras, ofertas de gimnasio que se nos avecina…, de que utilicen la imagen de una modelo guapísima para venderte desde un coche hasta el piso de la esquina… Y si ya esto nos parecía tremendo y denunciable, el hecho de que se pretenda lanzar el mensaje a NIÑAS de 9 años de que su cuerpo se verá mejor con más volumen pectoral¿Qué consecuencias creen que traerán? Pues lógicamente, que las menores, y los menores, construyan una imagen “ideal” irreal, donde las niñas muestren cuerpos “sexualizados” totalmente contrarios a su edad, que inicien desde los 9 añitos un camino de preocupación e inconformismo por su aspecto físico, y no lo duden, esto conlleva aparición de problemas de autoestima, inseguridad, rechazo a la propia imagen corporal, insatisfacción, anorexia, bulimia……..

Me parece terrible, tan terrible que considero es un problema de Salud Pública, porque no lo olviden, la salud también es Psicológica, emocional, social… Y por ello, siendo consecuente, he enviado un email a la inspección de Consumo (consejerías de salud de las CCAA) de mi comunidad para que tomen cartas en este, a mi entender, grave asunto. Y os animo a quienes estéis leyendo este texto a, si lo consideráis, hacer lo mismo, difundiendo esta información por donde consideres (#Niñassinrelleno). Aquí tenéis las direcciones de emails de las inspecciones de consumo a nivel estatal. Y el texto de mi email por si os es de inspiración. Hacedles saber que no estamos dispuestas/os a consentir que se frivolice, se cosifique, se boicotee, el desarrollo saludable y normal de nuestras niñas.

Texto de mi email:emailconsumo

Enlace emails de consumo: http://consumo-inc.gob.es/seguridad/direcciones2.htm?id=107

C. Sonia Villar Rodriguez

Psicóloga especialista en Psicología Clínica

Especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria

www.caap-psicologia.es

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